Potenciar lo humano en la educación virtual

Hacia la humanización de la tecnología

Nuevos roles nuevos retos

En la modalidad de educación virtual el docente debe asumir nuevas funciones y por ende, nuevos roles. Ese tema abre la posibilidad para una reflexión en cuanto a la educación mediada por la tecnología. Al revisar los aportes de quienes han descrito la nueva realidad del docente en esta modalidad es prioritario plantear un énfasis en la relación pedagogía - humanidades - tecnología.

La revisión teórica desde autores como Miguel Lacruz Alcocer de la Universidad de Castilla-La Macha; Yanes, J. y Area, M.; Ramón Ignacio Correa García, María Dolores Guzmán Franco, Universidad de Huelva; hace visualizar las nuevas funciones y competencias del “ciber-profesor” valiosas en cuanto promueven un nuevo paradigma cultural para la pedagogía, como lo afirma López Noguero (1994) con el deseo de que en el futuro próximo se haga realidad: “El maestro debe reciclarse, alcanzar un bagaje de conocimientos que le permita el dominio de estos nuevos medios así como cambiar sus planteamientos didácticos, a fin de alcanzar la máxima efectividad en lo que es el “hecho social por naturaleza... La educación”.

Hay una propuesta de Mercé Gisbert (1999) que señala que el trabajo docente estará sujeto a una serie de dimensiones, entre ellas: socieconómica, tecnológica, organizativa y didáctica (ver anexo ); otros como José Ignacio Aguaded Gómez, Ramón Ignacio Correa García y Mª Dolores Guzmán Franco, Profesores del Departamento de Educación de la Universidad de Huelva; proponen que el docente debe desarrollar unas competencias específicas relacionadas con el papel que los medios y recursos tecnológicos van a desempeñar en la educación (Ver anexo ).

En ese mar de innovaciones y reajustes, de aprendizajes y rupturas que implica la nueva cultura digital en el ámbito de la educación, se presentan dos realidades “la tecnofobia galopante y la fascinación irreflexiva” por la tecnología. Algunos docentes optan por los extremos, la enajenación, el neoludismo o apasionarse tanto por los medios que olvidan los fines esenciales de una educación integral.

Con mirada reflexiva y reconociendo todas las riquezas que la educación virtual alcanza, gracias al uso de las Tic, es prioridad en el educador virtual encontrar el punto de equilibrio no solo en la flexibilidad pedagógica y logros cognitivos sino en el acercamiento y, caminando un paco más allá, en el acompañamiento para fortalecer la formación humana en todas sus dimensiones.

Observar lo que se gana con la tecnología pero también lo que se pierde con ella. Una de esas pérdidas es el contacto directo, la relación cara a cara, el perder el contacto real con las personas, con los sentimientos y expresiones espontáneas y con las cosas. Ausencias que no aportan a lo humano y los teóricos no lo toman como prioridad desde sus propuestas como el hecho de no resaltar en un alto grado de profundidad el acompañamiento, en la medida de todas las posibilidades ofrecidas por los medios, en la educación virtual. Es decir, docentes que se quedan netamente en lo instruccional, organizacional, operativo y en las competencias anotadas anteriormente por los autores citados; pero no hay una política, competencia o criterio que enfatice en que el docente deba acercarse a la persona utilizando todos los medios con los que se dispone en la actualidad.

“Para la sociedad actual, los sujetos importantes son los más educados, los más competentes, no importa que individualmente sean felices o infelices porque, si a nivel social son exitosos, lo demás no importa, lo humano es un factor evaluado pero no determinante. Solo son temas de fondo 2 pilares de la educación, el aprender a conocer y el aprender a hacer; consumen la mayor parte del tiempo y de los recursos, y una mínima parte casi ínfima a los otros dos: el aprender a SER y a CONVIVIR” .

Saber que en la modalidad presencial no se presenta un acompañamiento real al estudiante sino que se queda en relaciones pasajeras y muy pocas llegan a acercarse en cierto grado; Que la riqueza del contacto directo y todas sus ventajas para el aprendizaje y formar lo humano, en la presencialidad, aún no se aprovecha y en ciertos casos es inconciente y no se está preparado para afrontarla; es verdad. Hasta donde ese currículo implícito deba ser tal. Hay la necesidad de explorarlo y explicitarlo. Entonces el problema no esta en la modalidad sino en la forma como el docente asume la realidad de la relación que se puede presentar.

Hay una gran ventaja para asumir lo humano desde la virtualidad a pesar de las carencias que florecen por falta del contacto directo y es el acompañamiento individual que se puede hacer a los aprendizajes. No me refiero solo a los aprendizajes cognitivos sino de carácter humano, es decir, de valores, de principios éticos, antropológicos, de trabajo de la condición humana, la identidad regional, de proyecto de vida, de la afectividad, de las relaciones interpersonales, etc. Y en ese sentido los docentes, en todo el marco instruccional que se necesita en la educación virtual, están llamados a ubicar el desarrollo de aprendizajes desde la importancia del compromiso humano, del aprender a ser antes que del tener o saber.

“La red es una autopista pero también un laberinto. Nos puede esclavizar o liberar, aumentar la solidaridad o el individualismo, empobrecer o enriquecer” . Esos rasgos ambivalentes donde los medios “nos pueden conectar sin límites, pero paradójicamente pueden aumentar la soledad y la distancia entre cibernautas aislados consultando ensimismados los datos de la Red… podrían descuidar las relaciones con los más próximos, con frecuencia más complejas y difíciles” .

El vértigo que maneja Internet en la información se contrapone a las necesidades espacio – temporales que el hombre necesita, y por eso hay que salir de la velocidad de la red y no asimilarla al contexto individual; de tal manera que no interrumpa el poco tiempo vital para pensar, asimilar, confrontar y dialogar. Porque “para todo lo verdaderamente personalizador necesitamos tiempo tranquilo y reposado” .

Si esto no se da y se produjera la “anulación de la institución escolar, los vaticinios de Perelman se instalan en futuro frío y robotizado, donde los seres humanos sufren una mutación sorprendente y se convierten, de seres transgénicos culturales de la sociedad de los medios de información de masas y del espectáculo, en auténticas "máquinas" de aprender en entornos virtuales donde la única experiencia de relaciones sociales pasan por el yugo de la dependencia tecnológica de Tecnópolis (Aguaded, Correa y Guzmán, 1999) y de aquellos privilegiados seres humanos que tengan el poder de controlar todo lo que crean y consideren merezca ser aprendido y, aún más, la forma en que ha de hacerse. Guzmán (2002)”

Entonces ¿qué hacer?

Se siente la necesidad de integrar o hallar el cómo humanizar la tecnología para interrelacionar “el vértigo mediático que tiende a invadirnos, con nuestra capacidad para la objetivación, la escucha pausada y el discernimiento liberadores” . Esa interrelación debe propiciarla y potenciarla en docente en la educación virtual.

(Merayo, 2000: 37). Este autor describe también que los grandes retos del docente en la sociedad de las redes telemáticas tendrían que orientarse en las siguientes direcciones:
a) Enseñar a buscar, para poder investigar y discernir lo trivial de lo importante en una oferta de información que excede con mucho la capacidad de asimilación de la inteligencia humana.
b) Enseñar a entender, captando la esencia de los conceptos y encontrando nuevas relaciones entre ellos, infiriendo conclusiones y relacionando causas y consecuencias, logrando así mejoras cualitativas y cuantitativas de las estructuras cognitivas que ya se posee.
c) Enseñar a aplicar el sentido crítico como norma en la construcción del conocimiento y en todas las conductas vitales.
d) Enseñar a comunicar y a expresar las propias ideas en un marco abierto al diálogo y al respeto mutuo.

Jacques Ellul, en: “La técnica o la apuesta del siglo”, nos recuerda que la tecnología es “la característica autónoma y definitoria de la sociedad moderna. Por ende, cuanto más avanza el progreso técnico, mayor será el carácter ético y espiritual que adquiera el problema social que conlleva este progreso”. Sin embargo, las reflexiones éticas y espirituales no han avanzado al mismo ritmo que las tecnologías y ahí se presenta una ruptura. Una ausencia que no permite encontrar fácilmente el cómo humanizar en y con la tecnología.

Lewis Mumford en “El mito de la máquina” hace la invitación a “Humanizar la tecnología, poniendo énfasis en que el ser humano debe buscar su plenitud en aquello que le hace humano, su inteligencia, sus valores, su crecimiento espiritual, etc. La tecnología debe estar en armonía con el hombre y la naturaleza, y no ser un instrumento de alienación y destrucción de nuestro mundo.”

Alberto Sánchez Montesinos, Rector de la Universidad Latinoamericana, complementa esta visión al afirmar en su posesión que: “El hombre, debe de vivir para el hombre. Pues todo profesional que minimice o descarte la importancia de lo humano dentro de sus proyectos o propuestas científicas o tecnológicas, perderá automáticamente y para siempre el fundamento de su propia existencia, de su propia razón de ser como individuo pensante”.


Los caminos están abiertos para la confrontación y el análisis al respecto. Encontrar el cómo humanizar la tecnología es el reto. Especialmente, para los profesionales que estamos en las ciencias sociales y humanas, de igual manera, para quienes son co – responsables con la visión y misión de bienestar universitario en las Instituciones de Educación Superior.

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Anexo I.

DIMENSIÓN SOCIOECONÓMICA
Formación a lo largo de toda la vida.
Cambio de necesidades formativas.
Globalización de la economía.
Globalización del conocimiento.
Profesionales y formación
"Just in time"

DIMENSIÓN TECNOLÓGICA
Expansión de Internet.
Herramientas telemáticas que faciliten la enseñanza del profesor y el aprendizaje del alumnado.
Nuevos espacios Tecnológicos de enseñanza-aprendizaje como son aulas virtuales.

DIMENSIÓN ORGANIZATIVA
El espacio.
El tiempo.
La gestión de recursos.
El papel del profesor.
El papel del alumno.
Organización y Gestión de nuevos Espacios Tecnológicos

DIMENSIÓN DIDÁCTICA
Modalidades de formación.
Programación y planificación.
Materiales didácticos.
Actividades de aprendizaje.
La evaluación contínua y final.
La Metodología.


Anexo II“a) Favorecer el aprendizaje de los alumnos como principal objetivo; b) Utilizar los recursos psicológicos del aprendizaje; c) Estar predispuestos a la innovación y al cambio educativo; d) Poseer una actitud positiva ante las posibilidades pedagógicas de los nuevos entornos multimedia y telemáticos; e) Integrar los medios tecnológicos como un elemento más del diseño curricular; f) Aplicar con sentido didáctico los medios y recursos tecnológicos en los procesos de enseñanza y aprendizaje; g) Aprovechar el valor de comunicación de los medios para favorecer la transmisión de información; h) Conocer y utilizar los lenguajes y códigos semánticos (icónicos, cromáticos, verbales, etc.); i) Adoptar una postura crítica, de análisis y de adaptación al contexto escolar de los medios de información de masas y de las nuevas tecnologías; j) Valorar la tecnología por encima de la técnica; k) Poseer las destrezas técnicas necesarias y suficientes como usuarios de medios y recursos tecnológicos; l) Diseñar y producir medios tecnológicos; m) Seleccionar y evaluar recursos tecnológicos; n) Organizar los medios y o) Investigar con medios e investigar sobre medios. Además de este conjunto tan prolijo de competencias, Gallego y Alonso (1997) destacan una serie de aspectos que habría que incorporar a la formación del profesorado del siglo XXI y debido a las exigencias de una sociedad tecnológica: destrezas de comunicación; técnicas de asesoramiento personal; conocimiento de los nuevos recursos y reglas; manejo de técnicas de creatividad; planificación de estrategias y gestión del tiempo; gestión de la calidad total; servicio al cliente; técnicas de negociación y técnicas de venta y técnicas publicitarias”.

4 comentarios:

ME PARECE PRORITARIO EL DESEO DE QUE LAS TECNOLOGÍAS ESTÉN AL SERVICIO DEL SER HUMANO. SIN EMBARGO CREO QUE ESO NO DEPENDE DE QUE SE HUMANICEN LAS TECNOLOGÍAS, SINO DE QUE SE HUMANICEN LAS RELACIONES INTERPERSONALES DE QUIENES UTILIZAMOS LAS TECNOLOGÍAS.
EL DRAMA ES EL MISMO, SE TRATE DE UNA MERA PIEDRA AFILADA O DE UNA CENTRAL NUCLEAR: LAS PERSONAS QUE LAS MANEJAN,¿LAS USARÁN RESPETANDO A LAS PERSONAS O PASANDO POR ENCIMA DE LOS OTROS SERES HUMANOS?
EL PROBLEMA NO ES LA TECNOLOGÍA, ES EL USO QUE SE LE DÉ, Y EL USO NO DEPENDE DE LA TECNOLOGÍA EN SÍ, SINO DE LA PERSONA, DE SUS EMOCIONES, SU CULTURA, EN ÚLTIMO TÉRMINO, DE SU NIVEL DE HUMANIZACIÓN.

waldo
orientador en relaciones humanas y familia

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Hola buenas tardes
No se trata de humanizar la tecnología si no de sacar provecho de eso, es primordial seguir preparando profesionistas para tener una mejor calidad de vida y construir una mejor sociedad para el futuro de las nuevas generaciones, con ayuda de las nuevas tecnologías que hoy en día son útiles y necesarias.
Para las personas que necesitamos adquirir conocimientos y estudiar una licenciatura a distancia de manera virtual es muy útil la interacción entre profesor y alumno, con esto se abre una ventana al conocimiento permanente del estudio con nuevas estrategias de aprendizaje por medio del uso del internet, la tecnología no debe estar peleada con el ser humano, al contrario la tecnología nos ha mejorado la vida con inventos sobresalientes capaces de hacernos la vida un poco más sencilla y útil para una mejor calidad de vida y fortalecer una sociedad que sea digna de reconocimiento, como menciona este artículo: el aprender a “SER y a CONVIVIR”.

Hola Felipe Andrés, muchas gracias por sus aportes para el desarrollo de la pedagogía, estoy de acuerdo con usted, se debe humanizar el acto formativo, pues los medios y las mediaciones son accidentales, lo fundamental es el rol del docente y su actitud frente a este proceso; es ahí donde debe estar presente una actitud fundamentada en el humanismo, que integre, socialice y motive la interacción entre los educandos. Vale recordar que primero se debe ser persona y luego profesional.